Segismundo tiene en la mano las entradas para ver los partidos en las olimpiadas de este verano en Brasil. Le hacía mucha ilusión ir y por fin tiene los billetes de avión. Mientras mira los billetes recuerda el vuelo, años atrás, a Mallorca durante el cual, el avión pasó fuertes turbulencias y aunque todo el mundo decía que no pasaba nada, ver como la azafata se sentaba en su sitio y se ponía el cinturón no fue una de las cosas que más seguridad le dio.
Días después del viaje leyó que los vuelos de la compañía de bajo coste volaban tan escasos de combustible que algunos habían tenido que aterrizar de emergencia. Un escalofrió le recorre la espina dorsal mientras piensa en lo que hubiera pasado si en las turbulencias hubieran necesitado gastar más combustible del calculado para un viaje “normal”. Además sigue pensando que si algo pasa al avión, estas vendido. Nadie puede ayudarte. No hay ayuda en el aire. ¡Qué buena idea fue volver en barco!.
Todavía faltan meses para que tome ese avión, pero, el solo hecho de ver los billetes le causa cada vez más ansiedad y más malestar. Pensar que se meterá en una lata de sardinas suspendida en el aire, por no hablar que si hay una bomba dentro, no puedes correr para alejarte de ella, no contribuye a que se sienta más calmado y seguro. Cada día que pasa y ve los billetes se pone peor.
Un día empieza a buscar cómo ir en barco a Brasil. El barco es mucho más seguro. Además podría emular los viajes de Colon, dándole al trayecto un cierto encanto. Viajar en avión aburrido y tiene muchas oportunidades de morir. Viajar en barco durante 1 mes y disfrutar del viaje, con ese encanto bucólico, que encierra emular al gran descubridor es algo que cada vez se hace más apetecible. Definitivamente mejor es ir en barco y anular el avión. Tendrá que pedirle al jefe 2 meses de vacaciones, pero seguro que el jefe lo comprende y se los dará sin problemas. O tal vez debería ir a un psicólogo en Alcalá de Henares para superar rápidamente y de una vez por todas, su miedo a volar y ser una persona más libre y sin miedos irracionales.
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Número de colegiado C.O.P. Madrid: M-21496.
Soy Andrés, licenciado en psicología con másters en terapia de pareja y familia, en psicología clínica y de la salud, en psicología legal y forense y clínico en EMDR.
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