SEGISMUNDO Y LAS VACACIONES

Segismundo está tranquilamente llevando a su hijo, de vuelta al hotel. El niño va de la mano pero en un descuido de Segismundo, el niño se suelta de su mano y se pone a correr a toda la velocidad que le dan sus cortas piernas. Segismundo mira como su hijo corre delante de él y sale corriendo para que no le pase nada. Le da un pequeño empujón para que no se choque contra una mesa de un bar, y para que en el instante después, poder cogerle pararle y decirle que no corra. En el parque, su hijo coge un bicho negro y se lo lleva a la boca, mientras Segismundo corre a quítale la pobre cucaracha de la boca. Y la lanza lejos para que no la vuelva a coger. Los recursos mentales que ha gastado Segismundo en el paseo con su hijo son: atención sostenida y distribuida, reflejos, anticipación de consecuencias, resolución de problemas en poco tiempo. Los recursos físicos que ha gastado son energía para correr, estirar los brazos rápidamente…
Después de un duro día de vacaciones con su hijo, Segismundo esta ahora tumbado en la hamaca de la terraza de la habitación del hotel mirando las Perseidas. De vez en cuando alarga el brazo para coger una copa con un líquido oscuro en su interior mientras lo dirige a sus labios entreabiertos, sin perder de vista el fabuloso cielo estrellado que tiene justo encima de él. En ese momento una estrella fugaz rasga el velo oscuro del firmamento y Segismundo se apresura a pedir un deseo: » Que Morfeo sea benévolo con él y le deje recuperar los recursos gastados durante el día para poder seguir disfrutando de las vacaciones con su hijo.» Nada más terminar de formular el deseo otra estrella fugaz ilumina el negro cielo mientras vuelve a pedir el siguiente deseo: “Deja un comentario”. Felices vacaciones a todos.