La depresión es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por la presencia de sintomatología depresiva, en el tiempo con intensidad suficiente como para interferir en la vida cotidiana de la persona. Desde ETHOS Psicólogos te ayudamos a comprenderla.
Imaginemos que compramos las entradas para una función de teatro y el día de antes, nos dicen que la función se canceló porque se murió la mujer del actor principal. Aquí casi todo el mundo pensaría que es normal que suspenda la función ya que, debe de estar deprimido.
Cuando ocurre algo malo como puede ser la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo, el diagnóstico de una enfermedad grave o una ruptura sentimental, lo normal y muchas veces deseable, es que la persona antes o después, de manera automática, tenga una serie de emociones negativas como pueden ser: la tristeza, la apatía, la desesperanza… que forman parte desde ese mismo momento de la nueva situación vital que le ha tocado vivir a la persona. Y hasta aquí llega, el automatismo de las reacciones. Es a partir de aquí cuando la persona puede entrar en un proceso depresivo, que acabará con una depresión o cuando la persona integre y pase el proceso de duelo normal pudiendo seguir con su vida sin padecer una depresión.
Volviendo al ejemplo del actor, una vez ha tenido las emociones negativas, tiene dos formas de enfrentarse a la nueva situación vital que se le plantea:
– La primera de ellas es cancelar todas las funciones que tuviera. Se encierra en su casa a vivir con su dolor, se repite una y otra vez que su mujer es irremplazable y sin ella la vida no tiene sentido, elude todas las responsabilidades, corta el teléfono para que nadie le llame y no se levanta a abrir la puerta a sus amigos y familiares que quieren sacarlo de casa. Esto hace que cada vez le cueste hacer más las cosas, haciendo que cada vez suponga un esfuerzo mayor cualquier cosa rutinaria, reafirmandose más su pensamiento de que no vale nada, que su vida sin su mujer se acabó, que era y es el motor de su vida y sin ella no es absolutamente nada y no merece la pena vivir.
– La segunda de las opciones es cancelar las funciones cercanas en el tiempo, los compromisos más inmediatos, rodearse de amigos y familiares que le dan ánimos y le ayudan a reincorporarse poco a poco a la vida cotidiana. Acepta primero aquellos compromisos más apetecibles o menos costosos, busca y encuentra actividades con las que sustituir aquellas que hacía con su mujer. Se siente terriblemente triste pero no convierte esa tristeza en el eje de su vida, entiende que su mujer es irremplazable, pero acaba con el proceso de duelo y acepta la pérdida encontrando satisfacción en el recuerdo de los buenos momentos pasados con ella.
Cualquier persona en un momento de su vida puede presentar tristeza infinita, apatía, pensamientos distorsionados, falta de apetito, falta de motivación sexual, dificultades para concentrarse o conciliar el sueño, desanimo, sensación de no poder superar jamás esa situación… Lo que hace que una persona padezca depresión es que los síntomas aparecen con más fuerza, con más intensidad y con más duración de lo que sería esperable dependiendo de la situación. Esto nos lleva a la conclusión que la depresión no es una enfermedad (un bicho interno o externo que nos va destruyendo poco a poco) sino un trastorno provocado por un (mal) aprendizaje que acaban por configurar un estado de ánimo más o menos estable del que puede resultar muy difícil salir sin ayuda.
Número de colegiado C.O.P. Madrid: M-21496.
Soy Andrés, licenciado en psicología con másters en terapia de pareja y familia, en psicología clínica y de la salud, en psicología legal y forense y clínico en EMDR.
0 comentarios