Adicciones sin sustancias
Se entiende por adicción sin substancia, aquella conducta sobre la cual la persona no tiene control, existe una fuerte dependencia psicológica y hay una pérdida de interés por las actividades que antes eran gratificantes. Esas actividades o hobbies ahora no son divertidas como antes o no te apetece hacerlos. Esta conducta sobre la que no tienes control te está causando un fuerte deterioro en las relaciones familiares, laborales o sociales.
Desde hace tiempo, mucha gente te dice que pierdes demasiado tiempo, haciendo alguna de estas cosas: estar delante del ordenador navegando, en juegos de apostar (máquinas tragaperras, juegos de cartas con apuestas online o presencial), viendo pornografía, comiendo, en el gimnasio, comprando… Tú te has dado cuenta que si por casualidad un día no puedes hacerlo te sientes mal, y buscas la manera de hacerlo. Buscas la manera de sacar tiempo, dinero o forma de hacerlo. También te has dado cuenta que antes obtenías mas placer al hacerlo que ahora, que incluso a veces no obtienes ningún placer. Lo haces en “piloto automático” y sólo encuentras sensación de bienestar o placer haciendo alguna de esas cosas. Poco a poco, las otras cosas que antes encontrabas gratificantes ahora no lo son y todo tu bienestar esta supeditado a esos comportamientos.
Si de alguna forma te has sentido identificado con lo anterior, muy posiblemente padezcas una adicción sin substancia.
La diferencia entre el uso normal de una conducta como puede ser jugar a juegos online, ir al gimnasio, o adicción al trabajo, es que cada vez necesita hacer esa conducta más tiempo y se deja de hacer otro tipo de conductas cotidianas y necesarias.
Por regla general estas personas han pasado por alguna experiencia traumática o situación que no han sabido manejar bien. Como consecuencia de ello, tienen dificultad para enfrentarse a situaciones estresantes, no saben pedir ayuda cuando la necesitan para solucionar los problema, tienen problemas de agresividad y control de impulsos, necesidad de gratificaciones inmediatas, y se relajan y desestresan solo mediante la conducta adictiva.
A diferencia de las adicciones físicas en las adicciones psicológicas, no se busca eliminar por completo la conducta sino aprender a controlarla y que no sea la conducta la que te controle. Todos necesitamos comprar, estar conectados a internet, trabajar o tener hobbies como pueden ser juegos de ordenador. Pero ninguna conducta puede controlar tu vida. Hay que romper las cadenas de la adicción, tomar el control de tu vida.
La persona adicta es muy reacia a reconocer que tiene un problema dado que por regla general son comportamientos que hechos en su justa medida no son perjudiciales y son comportamientos que se suelen hacer de manera más o menos cotidiana. Unido a que la persona adicta miente mucho por vergüenza, para ocultar el verdadero alcance de su adicción, hace que hasta que la persona no “toque fondo “de alguna manera sea muy difícil convencerla para que se ponga en manos de un profesional.
Todos los adictos tienen bajones más o menos profundos donde se dan cuenta que están bastante mal, se sienten unos inútiles y se avergüenzan de sí mismos de lo que hacen. Es en esos bajones cuando hay que hablar con él para que pida ayuda profesional. Tiene que ser de manera rápida para que no le dé tiempo a sentirse un poco mejor y vuelva a pensar erróneamente que el solo puede arreglarlo.